martes, 31 de mayo de 2011

OBRA DEL MES: LOS BEATOS


Se designa con el nombre de Beatos a los manuscritos iluminados que recogen los Comentarios al Apocalipsis atribuidos a Beato de Liébana.


BEATO DE LIÉBANA

Beato fue un monje del Monasterio de San Martín de Turieno en el Valle de Liébana, uno de los valles cántabros poblados por los cristianos refugiados tras la invasión musulmana.

Este monje vivió a finales del siglo VIII y fue un personaje importante en la época.

La única fecha concreta de su biografía es la del 26 de noviembre del año 785, en la que está presente en la profesión monacal de Adosinda, viuda del rey
Silo
.

Mediante diversas cartas y su libro "Apologético" combatió la herejía adopcionista del arzobispo Elipando de Toledo, que defendía que Cristo, en cuanto hombre, era hijo de Dios, no por naturaleza, sino por adopción.

En esta disputa existía un trasfondo no sólo religioso sino político. Elipando (obispo cristiano de una ciudad gobernada por musulmanes), con su teoría del Adopcionismo conseguía conciliar posturas con las creencias islámicas que consideraban a Jesucristo como un profeta.

Por su parte, Beato defendía la independencia, ortodoxia y pureza de los dogmas cristianos, junto con Eterio, obispo de Osma.

La importancia de este erudito monje, Beato, en la historia de España, es aún mayor ya que es el primer español que cita a Santiago como patrón de España en su primera redacción del Comentario al Apocalipsis, aceptando la versión del Breviarium, y escribe el himno O Dei Verbum en honor al apóstol Santiago. La difusión de este himno abonó el campo para el descubrimiento en el año 814 de la tumba de Santiago en Compostela.

Pero por lo que es más conocido Beato de Liébana es, sin duda, por su libro llamado "Comentarios al Apocalipsis de San Juan", basado en los textos de dos padres africanos: Primario y Ticonio, y otros de Apringio de Beja (siglos V y VI).

LOS BEATOS

"Comentarios al Apocalipsis de San Juan" comienza a redactarse sobre el año 776 y debió ser terminado alrededor del año 786.

Las explicaciones sobre las revelaciones de San Juan calmaban la inquietud espiritual de los creyentes, preocupados por los males de su tiempo, el cercano "fin del mundo", y la muerte. Tales catástrofes se veían personificadas en España por la invasión islámica y el fin del reino cristiano visigodo.


Existen diferentes copias de este libro y generalmente aportan una copia del Comentario de
San Jerónimo
al Libro de Daniel y algunos otros textos íntimamente adheridos a ellos.
Tras el IV Concilio de Toledo, del año 633, se hace obligatorio el reconocimiento de la autenticidad del “Apocalipsis” así como su atribución a san Juan Evangelista.
Este concilio había exigido además que el Apocalipsis fuera leído en los oficios en toda la Cristiandad hispánica, desde Pascua a Pentecostés, y que los sacerdotes conociesen la totalidad de las Escrituras. Como el Apocalipsis era uno de los libros de más difícil comprensión necesitaba de mayor grado de explicación.


Hay diferentes corrientes sobre la composición de los Comentarios al Apocalipsis, la mayoría de los autores admite la existencia de varias redacciones o ediciones de la obra de Beato, y otros creen que hay un arquetipo único. Los defensores de varias redacciones dicen que la primera fue en el año 776 (Beatos de la
Biblioteca Nacional de Madrid y Saint Sever), la segunda en el 784 (Beatos de El Escorial, Osma y Lorvao) y la tercera, definitiva, en el año 786, incluso a veces se añade una cuarta posterior a la muerte de Beato (Beato de Gerona
). Según estas categorías los Beatos se dividen en familias.


- FAMILIA I
Beato de Cirueña (fragmento). Archivo del Monasterio de Santo Domingo de Silos. (900). Beato Emilianense. Madrid, Biblioteca Nacional. (930?). Beato de El Escorial. Biblioteca del Monasterio de El Escorial. (955). Beato de San Millán. Madrid, Real Academia de la Historia. (990). Beato de Saint-Sever. París, Bibliotheque Nationale. (1060). Beato de Burgo de Osma. Museo de la Catedral de Burgo de Osma (1086). Beato Corsini. Roma. Biblioteca dell´Accademia Nazionale dei Liucei e Corsiana. (Primera mitad del s. XII).Beato de Lorvao. Lisboa. Arquivo Nacional da Torre do Tombo, Lorvao. (1189).
Beato de León. León. Archivo Histórico Provincial. (Segunda mitad del s. XII).



- FAMILIA IIa
Beato de San Miguel de Escalada. Nueva York, Pierpont Morgan Library. (945)Beato de Valcavado. Valladolid, Biblioteca de la Universidad. (970). Beato de La Seo de Urgel. Archivo de la Catedral de La Seo de Urgel. (975). Beato de Fernando I y Sancha. Madrid, Biblioteca Nacional. (1047). Beato de Berlín. Statatsbibliothec Preussischer Khulturbesitz, Berlín (Inicios del S. XII). Beato de Silos. Londres, British Library. (1109) Beato de Navarra. París, Bibliotheque Nationale. (Finales del S. XII).



- FAMILIA IIb
Beato de Tábara. Madrid, Archivo Histórico Nacional. (970). Beato de Gerona. Gerona, Museo de la Catedral (975). Beato de Turín. Turín, Biblioteca Nazionale. (Principios s. XII). Beato de Manchester. Manchester, John Rylands Library y Madrid, Museo Arq. Nacional. (Finales s. XII). Beato de San Pedro de Cardeña. Museo Arqueológico Nacional, Madrid y otros. (1185). Beato de San Andrés de Arroyo. París, Bibliotheque Nationale. (principios s. XIII). Beato de las Huelgas. Nueva York, Pierpont Morgan Library. (1220).
Beato de México. Ciudad de México, Archivo General de la Nación. (mediados s. XIII).
Beato de León (Fragmento). Archivo Histórico Provincial de León

A esta lista hay que añadir el recientemente descubierto
Beato de Ginebra, de procedencia italiana, que ha aparecido en la Biblioteca de Ginebra y está pendiente de un estudio que permita determinar a que familia pernenece.



De forma general Los Comentarios tienen esta estructura:

1) Un prólogo general en el que se describen las intenciones del autor, se ofrece el método de exposición que se seguirá y una larga relación de los principales escritores cuyas obras se utilizan.

2) Prefacio o interpretación, es una especie de resumen previo del Comentario.

3) El Comentario propiamente dicho distribuido en 12 libros, de desigual extensión, siendo más ricos los seis primeros. Constituye el núcleo mismo de los manuscritos. Generalmente, se adopta el sistema de presentar primero el texto bíblico apocalíptico (Storia), seguido de su correspondiente explicación (Explanatio), donde se insertan las diversas interpretaciones de escritores anteriores relativas a un versículo o parte de él. Dos excursos se han intercalado: uno es el amplio prólogo al Libro II, "De Ecclesia et Sinagoga", y el otro, el Capítulo sobre el Anticristo (extraído de la "Ciudad de Dios" de san Agustín) que suele figurar generalmente en el Libro VI.

Todos los manuscritos presentan además al final del Libro II el tratado de Gregorio de Elvira sobre el arca de Noé.

4) El Comentario de
San Jerónimo
al profeta Daniel, la más importante de las obras que se acumulan a los Comentarios al Apocalipsis, si bien no lo incorporan todos los códices.

5) Entre ambos Comentarios 3) y 4) algunos manuscritos presentan el texto "De adfinitatibus et gradibus" (De las afinidades y grados de parentesco), derivado de las Etimologías de
Isidoro de Sevilla
.

6), También algunos recogen las tablas genealógicas de personajes bíblicos propias de los manuscritos de la Biblia, de donde han pasado a nuestros Beatos.

Los beatos que se conservan son 27 y de ellos 24 conservan miniaturas. Los más antiguos se consideran prerrománicos por haberse realizado en los siglos X y XI y posteriormente su estilo evoluciona al románico pleno

Concretamente hay ocho del siglo X, seis del XI, nueve del XII, dos del XIII, una hoja suelta de Silos del Siglo IX.

Las miniaturas de todos los beatos hacen referencia al propio Apocalipsis, no a los Comentarios, por lo que se cree que se copiaron en los beatos a partir de un libro visigodo. Éste sería el prototipo de los que los demás descienden. Aunque en cada copia de beato se manifiesta la genialidad de su artífice y las modas de cada época, su iconografía permanece rígidamente invariable.

Entre las ilustraciones de los beatos prerrománicos y los románicos existen algunas diferencias formales.

Los primero tienen gran expresividad y dramatismo. Carecen de perspectiva, y las figuras se colocan escalonadamente para que se vean todas. Los colores empleados son fuertes y de gran intensidad. Los edificios no suelen dibujarse enteros sino una parte de ellos que simbolice a todo el conjunto.
El miniaturista no da importancia al cuerpo humano, que suele tapar con voluminosos ropajes, pero sí pone énfasis en los ojos, que dibuja más grandes para producir mayor tensión espiritual a las figuras.

Los segundas tienen un carácter más plástico, las figuras son más proporcionadas y con volumen.



EL BEATO MAGIO O DE SAN MIGUEL DE ESCALADA O MORGAN


El Beato Magio o Morgan es el más antiguo conocido pues data del año 926 y lo realizó el monje Magio o Magius en el monasterio mozárabe leonés de San Miguel de Escalada. Este Beato se encuentra actualmente en la Biblioteca Morgan de Nueva York.



EL BEATO PRIMERO DE LA BIBLIOTECA NACIONAL

Beato escrito en el Monasterio de San Millán en la primera mitad del siglo X. Conserva tan solo 27 miniaturas con fuerte influencia musulmana.

BEATO DEL ESCORIAL
El Beato de El Escorial se encuentra en la Biblioteca del Monasterio de El Escorial. Se cree escrito en el Monasterio de San Millán.

Fue realizado en la segunda mitad del siglo X. Conserva 52 ilustraciones.
















EL BEATO DE TÁBARA


El Beato de Tábara (año 970) es un códice de 168 folios y sólo nueve miniaturas del centenar que poseía. Actualmente se encuentra en el Archivo Nacional de Madrid.


Se cree que se le añadieron dos folios procedentes de otro Beato: el del Monasterio de San Salvador de Tábara de donde toma su nombre.






EL BEATO DE GIRONA

El famosísimo Beato de Gerona (970) fue realizado por el monje Emeterio y la monja Eude en el siglo X. Tiene 568 folios escritos a dos columnas y 114 miniaturas (algunas de ellas a toda una página e incluso doble página).
Por tanto, es el beato con más ilustraciones conservado.
Fue donado a la Catedral de Gerona en 1078. Se cree que su origen es leonés y que posiblemente se llevó a cabo en el Monasterio de Tábara, en la provincia de Zamora.

BEATO DE VALCAVADO

Beato conservado en la Biblioteca del Colegio de Santa Cruz de la Universidad de Valladolid. Fue compuesto, a instancia del abad Sempronio del monasterio de Santa María de Valcavado (Palencia), por un monje llamado Oveco en el año 970.
El manuscrito consta en la actualidad de 230 folios (han desaparecido 14 folios y es muy probable que sean suyos los cinco folios con las genealogías conservados en la Biblioteca Nacional de Madrid).
La escritura es la redonda visigótica. En la actualidad consta de 87 miniaturas, algunas en doble folio y otras a folio completo. Pertenecen al estilo de la escuela leonesa iniciada por Magio.

BEATO DE SEO DE URGELL

Beato guardado en Museo Diocesano de Urgell de origen leonés (Monasterio de San Salvador de Tábara).
El códice está compuesto en la actualidad por 239 folios, siete folios numerados en romano y 232 en árabe, y miden 398 x 270 mm. La escritura que emplea es la llamada visigótica redonda en dos columnas. Es obra de Senior terminado en el año 975. Tiene 114 miniaturas, algunas ocupando dos folios.

BEATO DE FERNANDO I O "SEGUNDO DE LA BIBLIOTECA NACIONAL"

El más bello y completo de todos los beatos. Es obra del mitad del siglo XI (1047) y fue escrito y miniado por Facundo.
Cuenta con 624 páginas a 2 columnas y 35 líneas de escritura visigótica. Sus dimensiones son 380x295 mm. Está encuadernado en piel.
Lo más importante es que cuenta con 98 excelentes miniaturas que, aunque continua con la tradición de los beatos prerrománicos hispanos, empieza a apuntar ya mayores influencias europeas.
Se conservó en la Colegiata de San Isidoro de León, hasta que Felipe V, en la Guerra de Sucesión, lo requisó y envió a la Biblioteca Real. Actualmente se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid.






BEATO DE SAN MILLÁN DE LA COGOLLA:
El Beato de San Millán de la Cogolla, hoy en la Real Academia de la Historia tiene el gran interés de que intervinieron dos artistas de cronología y concepción artística diferente (se comenzó en la primera mitad del siglo XI y se terminó en la segunda mitad de esa centuria).
El primer artista sigue apegado a la tradición mozárabe de los beatos del siglo X, mientras que el segundo crea sus miniaturas básicamente en estilo románico. En total tiene 49 ilustraciones.



BEATO DE SILOS
El Beato del Monasterio de Santo Domingo de Silos fue copiado por los monjes Domingo y Munio e iluminado con 106 miniaturas por el prior Pedro entre 1091-1109. Se conserva en la British Library de Londres. Permanece en él la tradición mozárabe, aunque se considera que existe una yuxtaposición de estilos con el románico, representado en su famosa miniatura del Infierno y el Peso de las Almas de San Miguel.



ENLACE

http://www.youtube.com/watch?v=AvLlca33y-8


domingo, 22 de mayo de 2011

LA PERMANENCIA DE LA IMPRESIÓN DIGITAL (I): LÁSER

INTRODUCCIÓN
La RAE define imprimir como: “Marcar en el papel o en otra materia las letras y otros caracteres gráficos mediante procedimientos adecuados”. O “Estampar un sello u otra cosa en papel, tela o masa por medio de la presión”.

A lo largo de la historia de la humanidad se ha buscado muchas veces esta finalidad, desde los cilindro sellos mesopotámicos, hasta los libros xilográficos del siglo XV. Pero la verdadera revolución llega con la invención de la imprenta en 1456, ya que supone la industrialización del proceso. Su desarrollo y la aparición de nuevas tecnologías en la sociedad de la información, ha abierto un gran número de posibilidades.

Se puede imprimir de forma analógica o digital. Aunque actualmente también existen muchas técnicas híbridas.

El proceso analógico necesita una matriz física para realizar las impresiones. De esta se pueden sacar varias huellas. El proceso digital, ni necesita, ni utiliza una matriz, sino que por el contrario se sirve solo de datos digitales para obtener un producto impreso. Las técnicas contemporáneos analógicas incorporan casi siempre algún paso digital en cierto punto, aunque la impresión final utiliza una matriz.
Dentro de la impresión analógica existen diferentes tipos dependiendo de cómo y dónde se aplique la tinta (en relieve, en profundidad, en superficie o por penetración). Algunas técnicas analógicas son: tampografía, tipografía o serigrafía, aunque sin duda la más usada ha sido el offset.

Dentro de la impresión digital existen también diferentes tecnologías que dan distintos niveles de calidad de imagen y velocidad de impresión. Las principales ventajas entre estas técnicas y el offset es que estas, tienen plazos de impresión cortos, y para tiradas cortas resultan más baratas. Aunque como desventaja, presentan límites en la calidad, ya que no reproducen detalles y tramas pequeñas y solo pueden imprimir en cuatricromía o blanco y negro, nunca en Pantones directos.

Algunas técnicas digitales son la inyección de tinta o el láser, aunque existen muchas más.

El objetivo de este trabajo es describir y analizar algunas técnicas de impresión, para luego poder identificarlas, ver su permanencia y conservación.

En esta ocasión la técnica a analizar es la IMPRESIÓN LÁSER O DE TONER.

EXPLICACIÓN DEL MECANISMO

Las impresoras láser trabajan utilizando el principio de la xerografía, del griego “xeros” seco (ya que no usa diluyentes ) y “grafos” dibujo o imagen.

El dispositivo de impresión consta de un tambor fotoconductor unido a un depósito de toner o tinta seca y un haz láser que es modulado y proyectado a través de un disco especular hacia el tambor fotoconductor. El giro del disco provoca un barrido del haz sobre la generatriz del tambor. Las zonas del tambor sobre las que incide el haz quedan ionizadas y, cuando esas zonas (mediante el giro del tambor) pasan por el depósito del toner atraen el polvo ionizado de éste. Esta imagen formada en el tambor es transferida al papel por medio de una carga negativa mayor a la que posee el cilindro; esta carga es producida por otra corona denominada de transferencia.

A continuación, el toner que se transfirió al papel es adherido a éste por medio de un par de rodillos, uno encargado de generar calor y el otro presión; a esta unidad se le denomina de fijado y es el paso final de la impresión.

Para regresar al estado inicial, el toner restante en el cilindro es limpiado por medio de una lámina plástica y al mismo tiempo se incide luz sobre el cilindro para dejarlo completamente descargado.

Imprimen tanto en color como en blanco y negro. Este proceso de carga eléctrica se produce por cada color, una vez para el cyan, otra para el magenta, otra para el amarillo y la última para el negro.

Otro tipo de impresora basada en el toner es la impresora LED, la cual utiliza una colección de LEDs en lugar de láser para causar la adhesión del toner al tambor de impresión.

Las impresoras láser trabajan a buena velocidad y son las más usadas en trabajo de oficina. Imprimen tanto imagen como texto y dan una buena calidad. No son muy utilizadas por el consumidor generalmente debido a su alto coste inicial.



Mecanismo impresora láser color

Mecanismo impresora láser
Fue Chester Floyd Carlson, quién el 2 de octubre de 1938, creó la primera imagen xerográfica; pero hasta 1959 no se creó la primera impresora láser.

Este mecanismo es el que usan las fotocopiadoras. El original se coloca sobre una superficie de cristal o algún otro material transparente. Bajo esta superficie corre una fuente luminosa generalmente una lámpara llamada "lámpara de exposición", entonces la luz se refleja en las tonalidades más claras del original y esta imagen se va guiando por espejos hasta un cilindro sensible a la luz que va girando, el cuál se energiza atrayendo electromagnéticamente la tinta seca. A este elemento también se le conoce como Fotorreceptor o Fotoconductor.

Bajo este cilindro se encuentra otro elemento que desenergiza al fotoconductor llamado corona. Durante el proceso del fotocopiado, cuando el papel pasa debajo del cilindro, la corona se activa desenergizando el cilindro y haciendo que el toner caiga sobre el papel.
Después el papel con el polvo sobre él, pasa por otro componente de la fotocopiadora llamado unidad fusora que se encarga de fundir el toner sobre el papel.

Mecanismo de la fotocopiadora

Mecanismo de la fotocopiadora


IDENTIFICACIÓN
La identificación de esta técnica de impresión, se basa en las fichas y estudios realizados por Martin C. Jürgens, conservador de fotografía, para el proyecto del Capstone, estudios Cruz-Disciplinarios, en el Instituto de Tecnología de Rochester, Rochester, Nueva York en 1999, y para la elaboración del manual “The digital print. Identification and preservation” para el Instituto de conservación Getty de Los Ángeles en el 2009.
Jürgens basa la identificación en un examen visual (directamente con el ojo o con el uso de lupas y microscopios), análisis químicos y estratigrafías.
Jürgens ha elaborado unas fichas para identificar algunas técnicas de impresión digital. Para ello varia el ángulo de la luz incidente, y tiene en cuenta factores como la uniformidad del tono, tipo de patrón, ruido, soporte, superficie, uso o resultado de los análisis científicos…
  • FECHAS: desde 1959.
  • USOS: copias en color y blanco y negro a nivel doméstico y oficinas. Uso masivo en reprografías.
  • FORMATOS: normalmente Din-A4 o más raramente Din-A3.
  • CARACTERÍSTICAS:
    • Tintas: mezcla resinosa que contiene pigmentos CMYK (cyan, magenta, amarillo y negro) o tintes.
    • Soporte: papel sin recubrimiento o acetato de celulosa para transparencias.
    • Superficie: brillo y relieve en las zonas impresas.
  • IMAGEN:
    • Sin aumentos: se ve imagen a puntos.
    • De 5 a 30 aumentos: patrón de puntos visibles, medio tono, en color y en imágenes en blanco y negro.
    • Impresión láser observada con luz a 45º y cenital
      De 30 a 80 aumentos: se puede ver el pigmento pulverulento que no se ha fundido en los bordes de las líneas.


    • Impresión láser en blanco y negro y color observada con aumentos

      Estratigrafia de impresión láser
FACTORES DE DETERIORO

Según Douglas Bugner, jefe de Laboratorio de Eastman Kodak Company, el tiempo que dura una impresión viene determinado por varios factores: internos (la fijación del color, composición de las tintas, soporte…) y externas (luz, temperatura, humedad y contaminantes tanto en el aire como en materiales en contacto).
Conocer la composición exacta de las tintas y los soportes sería importante para determinar su comportamiento en determinados ambientes. Pero en realidad ninguna marca especifica el 100% de los ingredientes que componen los productos que comercializa.

A cada técnica de impresión le afectan determinadas cosas por su propio origen y composición de tintas y soportes.
En general temperaturas y niveles de humedad altos tienden a aumentar la potencial reactividad de las moléculas.
Los agentes contaminantes presentes en el aire, tales como ozono o peróxidos atacan a las moléculas del colorante sobre todo en los enlaces dobles, que son los responsables de la coloración.
Según la polaridad de las tintas serán solubles en unos u otros medios (agua, etanol, tolueno…) lo que le hará susceptible a ciertos líquidos. Vínculos químicos entre el colorante y el substrato haría que la tinta no sólo fuera menos soluble sino también más resistente a la luz.     
Por lo general el deterioro que provoca la luz en las tintas es la decoloración y en los soportes el amarilleamiento (cosa que para técnicas que se usan en grandes formatos y para exposición al aire libre es bastante nocivo) Ninguna tinta es totalmente estable a la luz, ya esté compuesta de colorante o pigmento. La radiación ultravioleta desencadena reacciones fotoquímicas y rompe enlaces. 
Las tintas de la cuatricromía tienen diferente reacción ante la luz. El cyan es el más estable en general. El amarillo es el más resistente a la luz, ya que tiene la longitud de onda más corta. El magenta y el negro son los que dan más problemas.
Los soportes o sustratos pueden ser afectados por las propias tintas. La mayoría son de naturaleza ácida, con valores entre 4,3 a 5,8. Además pueden contener impurezas de sustancias metálicas o iónicas.
Los soportes plásticos en general presentan problemas en ambientes calientes y húmedos ya que pueden hacerse viscosos.

Para determinar la estabilidad se pueden realizar diversas pruebas, según el estudio de Martin C. Jürgens:

·         Resistencia a la humedad
·         Solubilidad en agua
·         Resistencia a la abrasión al aire libre
·         Resistencia a la contaminación gaseosa
·         Susceptibilidad a la huella dactilar
·         Resistencia al plegado y abrasión
·         Estabilidad a la luz
·         Estabilidad en la oscuridad

Tras estas llegó a una serie de conclusiones generales:

·         La imagen que se forma en la superficie del sustrato es susceptible a la abrasión.
·         La imagen que se forma dentro de la superficie del sustrato es menos susceptible a la abrasión.
·         La imagen formada por tintes basados en colorantes son más sensibles a la luz y al agua.
·         La imagen formada por tintes basados en pigmentos son menos sensibles a la luz y al agua.
·         La imagen formada por mezclas de ceras o resinas termoplásticas son sensibles al calor, al plegado, y al contacto con otros materiales.
  • La imagen formada por una capa tiene menos tendencia a exfoliarse.
·         La imagen formada por más de una capa tiene más tendencia a exfoliarse.
·         Los colorantes ante la luz, la radiación ultravioleta y la temperatura alta tienden a decolorar y amarillear.
·         Los colorantes ante la humedad y el agua tienden a solubilizarse y migrar.
·         Los colorantes ante el contacto directo con ciertos materiales tienden a traspasarse.


DETERIOROS DE LA IMPRESIÓN LÁSER
·         Sensibilidad a la luz: baja el color negro. Alta el cyan, magenta y amarillo.
·         Sensibilidad al agua: alta.
·         Sensibilidad a la humedad: alta.
·         Sensibilidad a la temperatura alta: media-alta, ya que la tinta es termoplástica.
·         Sensibilidad a la contaminación atmosférica: baja.
·         Sensibilidad a la presión: alta, es probable la exfoliación.
·         Sensibilidad a la abrasión: media-alta.


CONSERVACIÓN

MEDIDAS GENERALES

En general como protección directa del material impreso se recomienda el uso de papel o plástico (poliéster, polipropileno o polietileno) que cumplan los requisitos de la norma ISO 18902:2007. Por encima de esta protección se recomienda el uso de cajas de almacenamiento con calidad de archivo; y para las técnicas a las que les afecta la presión y la contaminación, cajas que además eviten la presión y el acceso de aire.
Las condiciones ambientales recomendadas en la norma ISO 18902:2007 es un máximo de 3º C y entre 30 y 50% de humedad relativa.
La luz para la exhibición de obras impresas depende de la sensibilidad a esta. Para las muy sensibles se recomienda 50.000 lux al año y los menos 300.000.

TONER O LÁSER
Las copias en blanco y negro se considera que son de las más estables.
El traspaso de la imagen y la abrasión son los  mayores problemas por lo que no se recomienda almacenar en contacto con materiales como plástico o cristal, ni bajo presión alta.
La compañía estadounidense Wilhelm Imaging Research ha comprobado que la impresión en blanco y negro de HP en papel fotográfico resiste 115 años sin decolorarse.
Los fabricantes de fotocopiadoras aseguran que su tiempo de vida es de al menos 40 años.

Impresión láser transferida a un plástico


Impresión láser transferida a otro papel
BIBLIOGRAFÍA
·         Diamond, A., Weiss, D. (2002): Handbook of imagung materials. Ed. Marcel Dekker, New York.

·         Ferrera, J. (2004): Impresoras láser profesionales. Revista Byte España, nº 109, págs. 60-72.

·         Gordon, M., Bob Gordon, B. (2007):Manual de diseño gráfico digital. Editorial Gustavo Gili, S.L., Barcelona.
·         Jarry, N. (1996): Computer Imaging Technology: The Process of Identification. The Book and Paper Group Annual, Volume Fifteen. The American Institute for Conservation.
http://cool.conservation-us.org/coolaic/sg/bpg/annual/v15/bp15- 08.html
·         Jürgens, M.C. (2009): The digital print. Identification and preservation. The Getyy Conservation Institute, Los Ángeles.

·         http://www.refillkit.com.ar/imagenes/Articulo01.doc, Artículo Principios de la duración de las impresiones, de Douglas Bugner.

·         http://www.digitalfotored.com/
·         http://www.knaw.nl/ecpa/, Investigación para Capstone Project, Cross-Disciplinary Studies, at Rochester Institute of Technology, Rochester, New York. 1999. Preservation of Ink Jet Hardcopies, de Martin C. Jürgens.


jueves, 12 de mayo de 2011

LAS TINTAS FERROGÁLICAS

Las tintas son sustancias aptas para escribir, imprimir y colorear mediante técnicas e instrumentos adecuados.

Las tintas están compuestas de varios elementos: colorante, disolvente, aglutinante, mordiente y otros componentes secundarios (espesante, humectante, antiséptico, olorante, anticongelante…) que les aportan ciertas propiedades físico-químicas.

Según la composición encontramos tintas de naturaleza animal, vegetal y mineral.

En función de su uso éstas se dividen en tres grandes grupos:

- Tintas caligráficas: utilizadas para la escritura manual.

- Tintas de imprimir: utilizadas para las diferentes técnicas de impresión (litografía, off-set…)

- Tintas pictóricas: utilizadas en creaciones artísticas.

Existen varios tipos de tintas caligráficas. Un gran grupo son las tintas metaloácidas. Éstas están compuestas por colorantes a base de metales y ácidos que actúan como mordientes.

Dentro de éstas las más conocidas son las tintas ferrogálicas. Fueron muy utilizadas entre 1400 y 1850 en Occidente, aunque se conocen ya desde al menos el siglo I, momento en que Plinio lo recoge en uno de sus tratados. El primer país que estandarizó la fabricación de estas tintas fue Francia y lo hizo en 1626.

Estas tintas se conocen con diversos términos:
- Encaustum: llamadas así en la Edad Media.

- Tintas de hierro o de agallas: denominadas asi en la Edad Moderna.

- Tintas de galotanato de hierro o ferrogalicas o ferrogalotanicas: desde principios del sigo XIX.


Se componen de sulfato ferroso y fueron inventadas con intención de sustituir a las de carbón (tintas más antiguas conocidas). Tiene un color negro muy intenso que hace que se pueda confundir con las de carbón pero con el paso del tiempo se va volviendo marrón.

Aunque existían infinidad de recetas para su elaboración, en las que se añadían distintos aditivos, los principales ingredientes son dos: tanino y vitriolo, disueltos generalmente en agua.

Los taninos son compuestos fenólicos obtenidos de plantas, con la capacidad de formar complejos de color negro o café oscuro al mezclarse con sales de hierro. En este caso se utiliza el ácido galotánico, también llamado ácido tánico, presente en las agallas de ciertas plantas, como el roble. Las agallas son producidas por el árbol como respuesta al ataque de las larvas de algunos parásitos. También se podía usar corteza de roble o castaño, semillas de uva...


Agallas de Roble
El vitriolo en la antigüedad era indistintamente sulfato de cobre o hierro y era llamado chacantum (sangre de cobre) por los griegos, y attramentum (negro) por los romanos, debido al color que producía al reaccionar con taninos. El sulfato ferroso (Fe SO4) es una sal de hierro, soluble en agua y ligeramente verdosa.







Estas tintas no usan aglutinante ya que la fijación al soporte no se realiza por la acción pegajosa de una goma u otras sustancias, sino por la acción química del mordiente, en este caso el ácido.

Sulfato Ferroso

Goma Arábiga


Aún así se suele añadir algún tipo de sustancia para hacer más espesa la tinta y evitar que se decanten las partículas de colorante. En la mayoría de los casos se utilizaba goma arábiga aunque también se podía utilizar miel o azúcar.

Además se suelen añadir otros aditivos como colorantes, normalmente negro de humo, para hacer más oscuro el color. Las tintas ferrogálicas al reaccionar con el oxígeno del aire se van oxidando y es cuando consiguen un color más intenso y oscuro. En regiones con muy bajas temperaturas se añadía alguna sustancia para evitar el congelamiento de la tinta (como brandy).

Todo se disuelve en agua, normalmente de lluvia, o la más pura que se pudiera encontrar. En ocasiones ésta se reemplazaba por cerveza o vino y de esta forma la tinta tenía menos impurezas. Además el vino aportaba taninos y funcionaba como protector contra hongos y bacterias.

También el vinagre se usaba como fungicida.

Estas tintas, ya aplicadas, son insolubles al agua, por lo que en este sentido pueden considerarse permanentes, pero su inestabilidad química y el gran poder de corrosión hacen que sean las más degradantes para soportes caligráficos como el papel o el pergamino.

Papel con tinta ferrogálica

La celulosa se oxida debido a la acción catalítica de iones de hierro. Esto provoca oscurecimiento y fragilidad en el soporte.

La acidez desencadena la hidrólisis ácida de la celulosa, que reduce las propiedades mecánicas del papel.

Papel con tinta ferrogálica


Los ácidos, taninos e iones libres de hierro migran con facilidad gracias a su afinidad con la celulosa produciendo el efecto de transminación de la tinta, en la que el texto empieza a pasarse hacia el otro lado de la hoja o incluso a hojas contiguas, dificultando la lectura y catalizando las reacciones de deterioro en dichas zonas.

La corrosión puede ser tan fuerte que en muchos casos que traspasa el soporte generando lagunas e incluso la separación en cientos de pedacitos.
El pergamino, aunque más resistente que el papel, también se degrada con estas tintas.

Deterioro producido por la tinta ferrogálica


Para restaurar las obras dañadas se utilizan dos procesos: desacidificación y laminación.

La desacidificación elimina los ácidos solubles y aporta una reserva alcalina.
La laminación consolida el documento evitando que se pierdan fragmentos o se desplacen quedando la obra ilegible.

Calvo, A. 1997: Conservación y restauración. Materiales, técnicas y procedimientos de la A a la Z. Ediciones del Serbal. Barcelona.
Crespo, C. y Viñas, V. 1984: La preservación y restauración de documentos y libros en papel: un estudio del RAMP. Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Paris.