En el siglo I d. de C., los cuadernos que
contenían varias hojas de papiro o pergamino se insertaban entre dos tablas de
madera o de hojas de papiro encoladas entre sí. En Occidente, las encuadernaciones
más antiguas que se conservan se remontan al siglo VII (las tapas del Evangelio
de la reina Teodolinda de Monza, compuestas por una plancha muy fina de oro con
ocho camafeos dispuestos en forma de cruz); en ellas los pliegos van cosidos mediante el procedimiento de doble
nervadura y se unían a la cubierta mas tarde. Las dos tapas se sujetaron
después del cosido. Una vez fijadas las tapas a los pliegos, la encuadernación podía
revestirse de diferentes formas.
Los textos sagrados se decoraban con oro,
piedras preciosas esmaltes y marfil, los libros se colocaban horizontalmente
sobre las estanterías por lo que los títulos se escribían en el canto del libro.
Hacia 1470 se introdujo en Italia el dorado
en caliente con pan de oro, técnica aprendida por los obreros sarracenos
emigrados de Siria y Egipto, abriendo una nueva vía a la ornamentación de la encuadernación,
este motivo decorativo se desarrollo en Venecia, bajo el influjo combinado del
renacimiento y el Arte bizantino y el oriental.
EL LIBRO IMPRESO
El destino del códice fue sin duda brillante.
Tuvo una importancia determinante para el conocimiento y la versión exacta de
hechos históricos u obras literarias. Al hacer posible la producción en serie
de textos, ocasionó en el lector una nueva forma de pensar e incluso una nueva
forma de ser. Muy pronto se dieron cuenta del efecto revolucionario de la
imprenta que, al hacer más accesibles los textos, se convirtió en un mecanismo
difusor de cultura infinitamente más potente que el manuscrito.
A China se le atribuye el descubrimiento de
la imprenta que deriva de la técnica del sello grabado o en relieve. Las
primeras pruebas de imprenta con tipos móviles efectuados en Europa y conocidas
por nosotros datan de mediados del siglo XV.
En 1970, George Painter decidió asignarlas
todas al tipógrafo Guttemberg, que parecía ser el único capaz de grabar y
fundir los cuatro tipos de caracteres. Guttemberg prefirió un caracter menor y
menos aparatoso, que se utilizó para la edición de la Biblia de 42 líneas,
impresa en Maguncia hacia 1455. Fue el primer gran libro impreso en el mundo
Occidental con caracteres móviles. Impresa a dos columnas en dos volúmenes de
folio, se tiraron 150 ejemplares.
El Arte de la impresión se difundió
rápidamente, además de muchas ciudades alemanas llego a Italia en 1475. A
finales del siglo XV existían imprentas funcionando en 250 ciudades europeas.
Pero solo en una ciudad italiana, Venecia, alcanzaron el Arte tipográfico, la
industria y el comercio del libro un desarrollo superior al de cualquier otra
ciudad.
El paso del libro escrito a mano al impreso
con tipos móviles, se puede afrontar, por una parte, basándose en la
continuidad, y por otra, en la novedad y por lo tanto, en las diferencias entre
ambos productos. La historia del libro manuscrito y la del libro impreso no pueden y no deben considerarse fenómenos
separados, sino aspectos diferentes de un mismo proceso de producción y difusión
cultural.
Espectacular artículo, me encanto.
ResponderEliminarBesos