martes, 9 de noviembre de 2010

REINSTALACIÓN DEL ARCHIVO RUBÉN DARÍO


El Archivo Rubén Darío recoge los documentos facilitados al Ministerio de Educación en 1956 por Doña Francisca Sánchez, compañera del poeta a partir del año 1899, año desde el cual conservó todos sus documentos hasta su muerte; y que fueron depositados posteriormente en la Facultad de Filología de la Universidad Complutense.

Son documentos de papel de pasta de madera en su mayoría, tanto manuscritos como impresos y en diferentes formatos. Algunos contienen reproducciones fotomecánicas y sellos. Las tintas de impresión en su mayoría son de color negro y azulado, formadas por pigmento y aglutinante graso. Las tintas manuscritas comerciales son de color negro aplicadas con estilográfica.


Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío (Metapa, Nicaragua, 18 de enero de 1867 - León, Nicaragua, 6 de febrero de 1916), fue el máximo representante del Modernismo literario en lengua española. Es posiblemente el poeta que ha tenido una mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico. También fue periodista y diplomático.

La importancia de este Archivo reside en el gran número de documentos que nos revelan su versatilidad como escritor, y en una considerable documentación inherente a su actividad diplomática. No dejan de ser abundantes los documentos familiares.

Las alteraciones principales que se observan son cortes, desgarros, pliegues y pérdidas en el soporte, debido al uso, manipulación y en algún caso, almacenamiento descuidado.

Algunos documentos se encuentran unidos mediante cinta autoadhesiva, clips, grapas o alfileres, que aún siendo dañinos, los han mantenido unidos llegando así hasta nuestros días. Como criterio de conservación se ha optado por eliminar estos aditamentos posteriores, y por mantener algunos originales.

Como daño instrínseco, por la propia composición del soporte, los escritos presentan amarilleamiento y acidez, así como suciedad general en superficie. Todo ello potenciado por los materiales utilizados en la instalación anterior.

Otro deterioro que se observa es la pérdida de soporte, debido a causas biológicas (ataque de roedores).


TRATAMIENTO:

• Limpieza de suciedad superficial: mediante aspiración y utilización de gomas de humo.
• Desacidificación: no acuosa (Bookkeeper®) por baño. Los restos depositados en superficie se eliminan de forma mecánica, con brocha.
• Alisado: los pliegues y arrugas se planchan usando la espátula térmica.
• Almacenamiento: los documentos se distribuyen de forma individual en carpetas de papel Bookend para su posterior almacenamiento en cajas de cartón Premier gris/blanco.

CONSERVACIÓN:
La conservación preventiva es de vital importancia, convirtiéndose en una vía imprescindible para evitar el deterioro y alargar la vida de la obra.

Para su difusión se ha llevado a cabo la digitalización que permite el acceso a una imagen del documento original y reduce el desgaste físico. Puede consultarse a través de la web de la Biblioteca Histórica de la UCM.
http://www.ucm.es/BUCM/atencion/17651.php

• Recomendaciones para el almacenaje de la obra
El primer nivel de protección es una carpeta de papel Bookend, que aisla cada documento de los demás. Además todas las carpetas de un mismo autor están incluidas en otra carpeta de igual material. Los autores que escriben desde un mismo país están agrupados en otra mayor de papel de algodón.
El segundo nivel de protección es una caja de doble bandeja de cartón Premier. Cada una de ellas contiene diferente número de carpetas para evitar la excesiva acumulación de documentación y el sobrepeso.

La humedad y la temperatura son dos factores estrechamente vinculados. Para reducir los daños se recomienda un ambiente sin oscilaciones de humedad relativa de +/- 3% y 2º C de temperatura. Los valores más adecuados son 45-55% humedad relativa y 18-20º C de temperatura.
La luz no es necesaria para el depósito y para identificar y manejar las obras con una intensidad de 50-100 lux es suficiente.
Para llevar un control de los contaminantes y evitar su entrada al edificio es conveniente el filtrado del aire con sistemas de carbón activo, alúmina, celulosa, resina… que habrá que ir renovando periódicamente. También se puede usar la sobrepresión para evitar la entrada de gases.
Además se recomienda no tener en la misma sala, máquinas o aparatos eléctricos que también producen contaminación.
La mejor prevención para frenar la contaminación biológica, es controlar estos factores.

• Recomendaciones para la exposición de la obra
La exposición en principio no es recomendable ya que conlleva muchos riesgos en sí misma, y de traslado y manipulación; aunque si esta se lleva a cabo habrá que tomar una serie de medidas.

La obra puede exponerse enmarcada o en vitrina.
Si va a enmarcarse, el marco debe ser preferiblemente de metal, o en su defecto madera poco resinosa, como el haya, y tratada contra xilófagos. El cristal debe filtrar la luz ultravioleta y ser antirreflejante y laminado (Tru Vue o similar). Sino podrá emplearse una lámina acrílica (Optium Acrylic Museum o similar). La obra y el cristal no estarán en contacto directo. Habrá una cámara de aire intermedia que ralentice los cambios de temperatura y humedad, evitando la condensación. Como trasera del montaje se puede usar cartón de conservación o passe partout. En el caso de que fuera de madera, esta puede generar peróxidos, por lo que para aislar la obra se puede utilizar Mylar® o polipropileno. También se puede utilizar cartón microchamber que proteja a la obra de los gases existentes en el aire. Por último, otra opción es una lámina de Art-Sorb que amortigue las posibles variaciones climáticas. El conjunto debe quedar precintado para que no penetre polvo, y otros agentes contaminantes que lo deterioren; preferiblemente con cinta de aluminio, específica para conservación.

Si la obra va a colocarse en una vitrina, esta deberá ser, y estar realizada preferiblemente con metal u otros materiales estables que no desprendan sustancias ácidas. El vidrio debe filtrar la luz ultravioleta. En el interior habrá que colocar Art-sorb o gel de sílice preacondicionado para regular la humedad, además de un medidor de humedad y temperatura (termohigrómetro o data logger) y luz. Para la correcta visualización de la obra es conveniente colocarla ligeramente inclinada, sobre un atril o similar. Si la pieza está fuera de su protección directa, el atril debe ir cubierto con materiales que sirvan de barrera tipo tela de algodón, lino o papel libre de ácido.

Igual que en el almacenamiento hay que controlar las condiciones ambientales de la sala. Aquí si cabe es más difícil, ya que la afluencia de público hace que los parámetros varien con más facilidad.
La luz más adecuada es la fluorescente, con un filtro para la radiación ultravioleta. No debe ser directa, ni dura por lo que se aconseja usar difusores.
En el interior de la vitrina puede usarse fibra óptica o Leds.

Publicado por: Paula Rudilla Barón y Almudena López Sánchez
[Madrid : Biblioteca Histórica de la U.C.M., 2010]
Ubicación: Biblioteca Histórica

1 comentario:

  1. Tal y como lo mencionas es muy importante contar con un termohigrometro o datalogger en nuestras instalaciones, es muy importante vigilar los constantes cambios de temperatura y humedad

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